Al son de El culpable soy yo, del maestro vallenato Chiche Maestre, 650 servidores judiciales en Santa Marta que costó dos mil millones de pesos y en la que se conoció que la conectividad en las sedes judiciales aún no tiene diagnóstico ni expectativa de solución.
Ese presupuesto, no obstante, no incluye la parranda vallenata, que según la magistrada organizadora, pagaron los directores de los consejos seccionales de la judicatura, es decir los encargados en las regiones de los gastos del sistema judicial.