Las empleadas de una empresa de Bucaramanga que lograron probar judicialmente que su jefe exhibía sus partes nobles, les palmoteaba las caderas y comparaba su cuerpo con datáfonos, no pudo lograr una condena contra él en esa ciudad, pero la consiguieron en casación
La Corte revocó la absolución del jefe abusador en casación. Lo primero que tuvo que aclarar el magistrado es que el silencio de las víctimas de acoso sexual, en este caso por tratarse de su jefe, nunca puede interpretarse como una aprobación de su conducta.