Mientras el empresario brasileño Germán Efromovich responde por sobornos en Brasil, 600 campesinos que tenían las tierras en las que él hizo un sembradío industrial de palma africana, esperan que en el país se cumplan las órdenes judiciales que les permitan regresar.
Los paramilitares ya confesaron que la persona que le vendió a Efromovich los contrató para sacarlos del predio… El empresario es el de mayor prestigio entre lo que los defensores del despojo llaman compradores de buena fe, porque dice que él no sabía.