Un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá dejó en claro que la jugadita de renunciar a la curul para no ser juzgado por la Corte no implica una anulación de las órdenes de detención ya proferidas y dejó en firme la detención de Richard Aguilar.
Según el magistrado por un lado no había ningún vicio en la orden ya proferida para su detención, pero por el otro dejarlo en libertad era arriesgar las pruebas que hay porque muchas de ellas provienen de la gobernación de Santander, que hoy está a cargo de su hermano.