Aunque militares y policías han negado que sus instalaciones no están habilitadas como cárceles, han abierto cupo para condenados o procesados que declaran contra detractores del gobierno o allegados al partido.
Estas en realidad no son cárceles, son habitaciones de descanso construidas para los militares, con las comodidades propias de una vivienda, acceso a espacios de recreación y dieta menos estricta que la carcelaria