Uno de los abogados de las familias que perdieron a sus parientes en el incendio de la cárcel de Tuluá sostuvo que aunque la conflagración se hubiera producido en una refriega interna, también le cabe responsabilidad al INPEC.
Aunque insuficiente, el turno de guardianes del momento en que se inició el incendio era de 16 personas, pero sólo estaban en sus puestos seis y el resto, al parecer, en las fiestas del puente festivo.