A menos de quince kilómetros del casco histórico de Cartagena, trabajadores de una histórica hacienda con historial criminal han secuestrado a campesinos vecinos, para torturarlos, desnudarlos y amenazarlos por recoger frutas caídas de sus árboles.
La situación se vive desde hace dos años y para abusar de los campesinos a quienes también quieren robarles sus tierras han contado con la evidente colaboración de la Policía local.