Durante seis años durmió en la Fiscalía el expediente por la muerte del ingeniero Jorge Pizano y su hijo Alejandro, luego de que lo visitara el entonces fiscal general Néstor Humberto Martínez y sólo ahora se desempolvó para pedir la preclusión.
El expediente pasó sin pena ni gloria por las fiscalías de Martínez y Barbosa, hasta ayer cuando, en la Fiscalía de Mancera, un juez de Funza sólo tardó un poco más de cuatro horas en darse cuenta que la Fiscalía no había, comillas, agotado las posibilidades investigativas, comillas, y que aun así pretendía cerrar el caso.