Hasta hoy fueron un misterio los asesinatos del negociador de paz Jesús Antonio Bejarano y del general Fernando Landazábal. Ambos fueron asesinados a finales del siglo pasado y nunca antes se había dicho que fueron las FARC.
Aunque la tesis no llegó a concretarse en un expediente, los allegados a Bejarano sí tenían claro que las FARC podrían haber urdido su muerte, porque él era un obstáculo para sus peticiones en la negociación.