El fiscal Barbosa se comprometió el diciembre pasado a no afectar los ingresos de los fiscales que se unieran a una protesta, pero desde mayo pasado comenzó a hacerlo. Los fiscales que no pertenecen a su círculo se quejan de cargas laborales no humanas.
Los fiscales que no tienen amigos en la cúpula están atendiendo hasta dos mil procesos, cuando su máxima carga anual está establecida en 400. Y si se pasan en los términos, les rebajan el sueldo, lo que ha llevado a crisis de estrés entre ellos.