El disparo que un agente del ESMAD apuntó y dio en la cabeza de un manifestante de Bolívar, Santander, acabó con su vida. Su familia y vecinos están indignados no sólo porque tienen las evidencias del disparo, sino también de las patadas y torturas a las que lo sometieron mientras agonizaba esposado. Este informe contiene imágenes explícitas de violencia.