Con otra llamada en las primeras horas del día, nos enteramos de que Jaime Garzón, el hombre que ponía a pensar y a reír a un país, había sido asesinado. Garzón, inteligencia pura, comentario veloz, fue acribillado por un sicario no muy lejos de nuestra sede y de la emisora en dónde trabajaba por esos días y otra vez tuvimos que hacer este noticiero entre lágrimas.