La mamá de la niña que denunció un ataque sexual en Transmilenio y la total ineficacia del sistema judicial para atender el caso asegura que su familia vive un infierno por cuenta del desenlace que ésta tuvo, cuando policías y delincuentes optaron por hacer justicia en mano propia.
En vez de reclamar a la Policía y las bandas que controlan las URI, las redes sociales culpan a la niña por el crimen de su abusador. Y, sin que haya operado ninguna ruta de atención para ellas, el acoso las tiene encerradas.