La industria avícola tiene dos opciones: aportar doce millones de rila al ambiente o aprovechar sus gases como energía y los desechos secos como abono y de paso reducir la factura de energía eléctrica.
La industria avícola tiene dos opciones: aportar doce millones de rila al ambiente o aprovechar sus gases como energía y los desechos secos como abono y de paso reducir la factura de energía eléctrica.