Dos indígenas, presuntos responsables de los ataques a palo y patadas contra patrulleros de la Policía fueron llevados ante un juez para imputarles varios delitos, pero ocurrió algo inesperado..
Primero la Fiscalía llegó sin traductor de la lengua que hablan los indígenas. Y después el fiscal del caso inexplicablemente retiró todos los cargos y ellos recuperaron su libertad.