Seis meses antes de que los policías de un CAI mataran a golpes físicos y eléctricos a Javier Ordóñez, en otro CAI de Bogotá, dos gemelos fueron torturados hasta perder el conocimiento y, a pesar de la denuncia y los videos, su caso sigue sumido en la impunidad.
La Fiscalía conoció la denuncia pero el encargado dio por hecho que torturar a los gemelos era un acto del servicio de los uniformados y envió el expediente a la justicia interna de la policía, en donde no se ha movido una hoja, desde hace año y medio.