Un zapatero de Barranquilla que desde hace sesenta años se caracteriza como el Ché Guevara de las comparsas del Carnaval fue capturado por la Policía de Baranoa, Atlántico, por supuesto uso de prendas de uso privativo militar.
Sus compañeros de comparsa, un abogado y la fiscalía le pudieron explicar al juez y a la Policía que el fusil de palo y la ropa liviana no tienen nada no son militares y que nada tiene que ver la ropa de un zapatero con el uniforme de un Zapateiro.