Según el excanciller Julio Londoño, acaso el mejor conocedor de la diplomacia colombiana, la expulsión de los argentinos no aplicó para todo su personal diplomático, sino sólo para dos. De manera que lo previsible es que la crisis no siga escalando, pero él y otros coinciden en que Petro y Milei, ambos, son impredecibles.
Aunque no hay embajadores ni colombiano en Buenos Aires ni argentino en Bogotá, en ambas sedes siguen trabajando los cónsules, que son en realidad los encargados de los trámites que mueven la relación comercial, los intercambios culturales y todo lo demás de las relaciones.