Es decir, para que un paciente sea formulado, la fórmula debe estar registrada en Invima, pero para que se inicie un experimento, primero se debe acreditar el centro de investigación y luego los investigadores. Nada de esto hizo el médico Insignares.
Él sostiene que el dióxido de cloro se prepara en la droguería del Hospital San Carlos y que se le administra al paciente que llegue con síntomas, se pruebe positivo y no esté para cuidados intensivos.