Luego de que el gobernador de Sucre supiera que a quienes el segundo comandante de su departamento había como criminales del Clan del Golfo eran jóvenes inocentes, los patrulleros que lo acompañaron y entregaron sus cadáveres a Medicina Legal resolvieron contar cómo el coronel había ejecutado el falso positivo.
Según ellos, no lo denunciaron en su momento por miedo a represalias dentro de la misma institución, en la que aún se considera primíparos.