Aunque en Bogotá todavía no hay apertura de bares ni discotecas y la Policía busca y sanciona a los infractores, un establecimiento nocturno ha funcionado durante toda la pandemia sin ninguna perturbación, uno que tiene como clientes sólo a policías.
No obstante los vecinos han llamado a la policía para denunciar la infracción, pero en vez de la respuesta esperada han recibido intimidaciones.