Aunque el INPEC sostiene que incauta hasta 700 celulares en las cárceles cada semana, está claro que sus operaciones no han llegado a la cárcel de Guaduas, en las que un delincuente hace proselitismo religioso desde la plataforma TikTok.
El recluso, que en teoría sólo tiene acceso limitado a llamadas familiares, ha publicado 160 videos desde marzo del año pasado sin ninguna perturbación y en ellos se nota claramente que el celular es objeto habitual de sus compañeros de reclusión.