Un civil armado y no identificado era el encargado de determinar quien podía entrar y quien no a la reunión en la que se elegiría la nueva junta directiva de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca. Al final, el más cuestionado de los candidatos fue el que ordenó suspenderla.
Uno de los que pasó el retén del hombre armado tenía en su poder 43 credenciales, es decir ese mismo número de votos, pero al final la misma CAR dio a conocer que había inconsistencias entre los poderes enviados para la votación y los que se acreditaron en la reunión.