El archipiélago de San Andrés fue declarado por el gobierno como zona de frontera, estatus que le permite gozar de beneficios para su recuperación económica.
Las islas gozarán de exenciones tributarias, reducción de impuestos y otros beneficios para enfrentar la recesión que ha afectado el comercio y el turismo, hasta en un 60 por ciento.