Apoyado por un cacique liberal y un exalto funcionario de la Fiscalía, el alcalde de Curití, Santander, cuya plaza alberga edificios patrimoniales de la ruta libertadora, resolvió alterar el conjunto arquitectónico, con licencias concedidas por su mismo despacho.
Está instalando en la plaza colonial una supuesta fuente de los deseos que tiene tallado en letras de molde un poema escrito por él mismo sobre Dios y el amor.