De las licencias del Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, depende el 60 por ciento de la industria nacional, pero éste aún no tiene director y en cambio sí un atraso de meses en sus trámites. La industria y la academia están pidiendo una solución.
Según el tanque de pensamiento académico, la falta de un titular en el instituto facilita las presiones políticas que pueden contaminar las decisiones científicas que debe tomar la entidad.