Ni siquiera la visita de dos prelados de la Iglesia al lugar en que el gobierno negocia con el ELN sirvieron para que esa organización libere a las comunidades que mantiene confinadas y condenadas al hambre y el miedo en Chocó…
Ellos fueron hasta la Habana a rogarle a los autodenominados guerrilleros que respeten el derecho de las comunidades del río San Juan, en la que su organización le disputa la administración de los corredores de la cocaína al Clan del Golfo.