A las 9:30 p.m. del viernes, por decisión propia, Víctor Escobar, quien durante un año reclamó, hasta por la vía judicial, que los médicos ayudarán a darle una muerte digna, ante las dificultades que la diabetes, la artrosis, la parálisis y la depresión deterioraban su vida.
Su caso es el primero en Colombia y América Latina en el que no se autoriza el procedimiento por enfermedad terminal, pues aunque ninguna de esas dolencias amenazara con matarlo, cada una le quitaba autonomía y capacidad para disfrutar a vida.