Los colegios públicos iniciaron esta semana su regreso a clases presenciales. Uno de ellos en Bogotá lo enfrenta con una nueva batería de lavamanos, pero sin espacio suficiente para guardar distancia en unas clases y sin señal de internet en otras.
El plan no tuvo una estrategia específica para los estudiantes con discapacidad, cuyos profesores que todavía buscan una forma de comunicarse sin miedo al contagio.