La comunidad de los animalistas, que tiene representación en el Congreso, está indignada por una decisión de la Corte Suprema que habría pasado por encima de la ley que declara a las mascotas como seres sintientes y por lo tanto les quita la denominación de semoviente que permitía embargarlos.
Sólo un magistrado, con voto disidente en la decisión, les recordó a sus colegas la condición sintiente de las mascotas. Pero en este caso los jueces le quitaron las mascotas al niño y el niño a las mascotas, sin tener en cuenta los sentimientos de ambos que ya la ley reconoce.